Policías en hospitales, militares en fábricas y guardias civiles escoltando convoyes

 

 

El real decreto de aplicación del estado de alarma contempla la utilización de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de las Fuerzas Armadas para restringir los movimientos de personas por territorio nacional, proteger las infraestructuras sanitarias y garantizar el suministro de alimentos y otros productos de primera necesidad. Todas las policías, incluidos Mossos d’Esquadra, Etzaintza, Policía Foral de Navarra y policías locales, pasan a depender automáticamente del Ministerio del Interior, que también podrá utilizar a efectivos de los tres ejércitos cuando sea conveniente su presencia en aplicación de la Ley de Defensa Nacional 5/2005.

 

Sobre la cartera que dirige Fernando Grande-Marlaska recae buena parte de las medidas que contempla la nueva fase de lucha contra el coronavirus. El ministro ha reunido esta misma noche a su equipo para preparar la orden en que establecerá los «criterios de actuación» que guiarán a los agentes para acometer las diferentes misiones que les encomienda la norma aprobada por el Ejecutivo.

 

Por un lado, «los agentes de la autoridad podrán practicar las comprobaciones en las personas, bienes, vehículos, locales y establecimientos que sean necesarias para comprobar y, en su caso, impedir que se lleven a cabo los servicios y actividades suspendidas en este real decreto», como eventos culturales y de ocio, acontecimientos deportivos y otros considerados prescindibles. Para cumplir con ese cometido, policías y guardias civiles podrán «dictar las órdenes y prohibiciones necesarias y suspender las actividades o servicios que se estén llevando a cabo».

 

La labor de policías y guardias civiles también será básica para limitar de forma efectiva el «derecho de circulación», como contempla el real decreto. Solo se podrá salir de casa para adquirir alimentos, medicamentos u otros bienes de primera necesidad, asistir a centros sanitarios, desplazarse al centro de trabajo, retornar al lugar de residencia, cuidar a mayores o dependientes, desplazarse a entidades financieras y por razones de causa mayor o situación de necesidad que deberán quedar acreditadas.

 

Asimismo, las Fuerzas de Seguridad del Estado y las Fuerzas Armadas podrán intervenir, a requerimiento del Ministerio de Sanidad, para «asegurar el abastecimiento del mercado y el funcionamiento de los servicios de los centros de producción afectados por el desabastecimiento de productos necesarios para la protección de la salud pública»; «intervenir y ocupar transitoriamente industrias, fábricas, talleres, explotaciones o locales de cualquier naturaleza, incluidos los centros, servicios y establecimientos sanitarios de titularidad privada, así como la industria farmacéutica«; y «practicar requisas temporales de todo tipo de bienes e imponer prestaciones personales obligatorias, en aquellos casos en que resulte necesario para la adecuada protección de la salud pública, en el contexto de esta crisis sanitaria».

 

El objetivo es evitar el desabastecimiento de productos esenciales en la lucha contra la pandemia y que los servicios sanitarios o asistenciales se vean alterados por aglomeraciones o desórdenes públicos. En Italia, esta medida se ha utilizado, por ejemplo, para reforzar con militares la plantilla de una fábrica de respiradores artificiales, un instrumento básico para los enfermos más graves.

 

En este sentido, se prevé la presencia de agentes de la Unidades de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional y de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil en hospitales y otros grandes núcleos sanitarios, así como en supermercados, almacenes y farmacias para tratar de asegurar su normal funcionamiento. En los últimos días, el pánico ha provocado la falta de productos en establecimientos de toda España. Preocupa que se produzcan episodios de histeria colectiva espoleados por la difusión de ‘fake news’ o noticias falsas.

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